Quan pensava que una setmana amb dues cites horribles no podia empitjorar, ser testimoni directe d’un tiroteig al mig del carrer em va tornar a la realitat.
Justament de les meues horribles cites parlava amb un amic per telèfon mentre passejava amb Matt:
- Pues el concejal del PP resultó ser un cerdo que... ¡coño!, acaba de salir un tío del portal de enfrente a toda hostia y se ha comido la farola...
- ¿Qué?
- Bueno, lo que te decía: que el concejal del PP sólo... ¡coño!, acaban de salir tres tíos más del mismo portal detrás del primero. Y dos son guardias civiles...
- ¿Cómo?
- Que era un cerdo, tío. Que sólo me quería comer el... ¡Hostia! ¿Has oído eso?
- Sí, ¿qué ha sido?
- Creo que un disparo, ahora hablamos.
(...)
Pocs minuts després:
- Hola, agentes, he llamado yo al cuartel.
- Dime qué ha pasado, chico.
- Pues verá, yo estaba allí con el perro y han salido tres hombres, dos vestidos de uniforme y con unas bolsas de deporte, detrás del primero que había salido un momento antes.
- ¿De uniforme?
- Sí, dos llevaban el uniforme de la Guardia Civil, pero me ha extrañado porque uno de los agentes ha sacado una pistola y ha disparado al primero y luego ha salido corriendo.
- ¿El agente ha disparado y luego se ha ido?
- Sí, eso ha sido el segundo disparo, porque el primero sólo lo he oído. Yo estaba a menos de diez metros: ha sacado la pistola, ha apuntado y ha disparado al primer tío, pero no sé si le ha dado.
- Dime dónde ha sido el disparo y luego dale tus datos a mi compañero.
(...)
Una hora després vaig esbrinar que es tractava d’un cas de tràfic de drogues, i que els agressors pretenien robar a un camell fent-se passar per agents de la Benemèrita, tal com succeí a Madrid fa algunes setmanes.
El problema és que com he estat l’únic que els va veure de prop, en cas que els agarren em tocarà ser testimoni al judici.
Com si no tinguera prou problemes amb la justícia.
* * *
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