— Em va demanar
que em correguera a la boca, i ja saps que n'opine al respecte.
— Sí, clar.
— Si algú et
demana que et córregues a la seua boca ho has de fer. És una
qüestió...
— D'educació.
— Exacte. De
molt bona educació.
(...)
— Joder, tío.
Eres un poco cerdo.
— ¿Perdona?
Cerdo él, que se lo tragó.
— No me puedo
creer que haya gente que todavía haga eso.
— Pues creo que
últimamente vuelve a estar de moda...
— No me jodas.
— Que sí, tía.
Pero la cuestión es que me dijo que como me había corrido tanto,
que se lo tragó por accidente.
— Ya, claro. Por
accidente.
— Qué poca
vergüenza, ¿eh?
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