No
a Rita
Mucho
antes de que los tribunales tumbaran sus ansias demoledoras
cabanyaleras y los falleros la abuchearan por salir a la Cridà para
hacer un discurso lisérgico, ya había en Valencia una joven que le
había dicho que no a una Rita Barberá que esta última semana ha
puesto a Valencia en el mapa al aparecer en absolutamente todos los
informativos, tertulias políticas y programas de humor de la
televisión española.
Abro
paréntesis. La sobreexposición televisiva ritabarbaresca
solo fue divertida durante un segundo. El resto del tiempo ha sido
penoso. Cierro paréntesis.
Esa
chica es Carme y tiene un blog (medasunbesobonita.wordpress.com) en
el que se presenta así: “Sóc Carme. Ara tinc
14 anys. Vaig nàixer a la ciutat de València el 9 del 9 del 99 amb
9 dits als peus” y para evitar sorpresas añade: “Des del primer
moment mon pare i ma mare van intuir que jo seria diferent”.
Su
padre y su madre son Enric y Tona y es ésta última la que cuelga en
la red las aventuras de Carme en las que, en contra de lo que dice,
se parece mucho a las niñas de su edad. Lo único que la hace
diferente es que de vez en cuando tiene que pasar por el hospital,
pero para todo lo demás es como cualquier chica de catorce años:
discute con sus hermanos Mariola y Quim, quiere desesperadamente un
móvil, no suelta el iPad ni cuando duerme y le gusta dar besos a la
gente que quiere (entre los que, por suerte, me encuentro yo).
Carme,
como decía, fue una pionera: fue la primera en negarle algo a Rita,
aunque sólo fuera un beso y a su padre Enric le pusiera en un
compromís (“És que la xiqueta no és molt de besar,
Rita”), y a pesar de que “hi ha coses que em costen un poquet més
que als altres xiquets de l'escola”, Carme nos enseñó una lección
que deberíamos tener muy presente hasta el mes de mayo: se puede (y
se debe) decir que no a Rita Barberá.
Columna
publicada a Levante-EMV el 4 de març de 2015
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