Herodes
La
televisión española es capaz de despropósitos tales como hacer
coincidir la emisión de dos programas de famosos tirándose a una
piscina desde un trampolín. Esto pasó la temporada pasada con Mira
quién salta, en Telecinco, y Splash! Famosos al agua en
Antena 3.
Si
ya resulta cuestionable el interés de un programa de este tipo,
todavía lo es más el de dos programas simultáneos que ofrecen el
mismo concepto de entretenimiento, aunque en su descargo podemos
decir simplemente nos daban aquéllo que anunciaban: famosos, saltos,
agua y nada más.
El
caso es que Telecinco y Antena 3 lo han vuelto a hacer con sendos
programas en los que básicamente se hace lo mismo: niños que
cantan, bailan o hacen el idiota acrobacias sobre un
escenario. Tu cara me suena Mini (que han reducido a TCMSM,
como si fuera el nombre de una enfermedad contagiosa creada en un
laboratorio farmacéutico) y Pequeños gigantes (todo un
alarde de originalidad) son tal tortura que uno no sabe si debería
reivindicar la figura de Herodes más a menudo.
Pienso
en los padres de estas criaturas y creo que se han rendido: “¿Qué
más me dan los recortes en becas si mi niña baila salsa en la
tele?” o “Mi hijo no puede estudiar trigonometría porque tiene
que aprenderse una coreografía con María del Monte” o “¿Me va
a decir a mí el Estado si tengo que llevar a mi hijo al colegio o a
un plató de Telecinco?”
El
problema es que los niños, como los perros que defecan en la calles,
no son los responsables de sus excrementos y, del mismo modo que de
los perros responden sus propietarios, en el caso de los menores está
claro que la culpa es de los padres, que los visten con lentejuelas y
les llenan la cabeza de confeti de colores.
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