París
y Guadalix
Resulta
desesperante comprobar como cada vez que sucede algo importante las
redes sociales se convierten en un río de diarrea discursiva en el
que parece que existe una pugna por ver quién hace más el ridículo.
El
último ejemplo lo hemos visto con claridad en relación a los
atentados yihadistas en París de la semana pasada y gracias a los
cuales hemos leído estupideces una detrás de otra del estilo: “Todo
el mundo habla de París pero nadie dice nada de X” y por X se
puede entender “el cierre de Canal 9”, “los niños de África”,
“el cierre de Egunkaria”, “que han denunciado a un tuitero por
hacer el idiota” u “otra vez hay lentejas para comer”.
Un
ejemplo: un fotógrafo valenciano, en plena crisis francesa con
secuestros, rehenes y sangre por secar, lanzaba un tuit con la foto
de un periodista asesinado en Gaza y lamentaba que “Esto no es
noticia”. La realidad es que sí que había sido noticia, pero en
verano de 2014, que fue cuando el periodista palestino fue realmente
asesinado. Esto demuestra que a veces hay que saber ajustar mejor el
objetivo.
Pues
bien, del mismo modo empezó Jordi González el domingo a presentar
Gran Hermano VIP: después de hacer referencia a los atentados
de París añadió “Este es un programa de convivencia y
tolerancia”. Y yo me abochorné mucho, casi hasta el límite. Hasta
que, en un momento dado, a los Chunguitos les ofrecieron en una
pantalla la imagen de otro concursante de raza negra y dijeron: “¿Eso
es un gorila?”, “¿Esto es la selva?”, “¿Eso es un mono?”,
“¿Ese es King Kong?” y mi bochorno se convirtió en asco.
No
quiero hacer ningún llamamiento en concreto, pero si alguien quiere
poner en cuestión las bases de nuestra civilización le ruego que
deje París en paz y que empiece, por ejemplo, por Guadalix de la
Sierra.
Columna
publicada a Levante-EMV el 14 de gener de 2014
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