— Diga'm?
— Soy Salazar, el gitano.
La concreció era del tot innecessària.
— Dime, dime...
— Oye, que ha llegado a casa una carta del juzgado diciendo que hay no sé qué juicio en mayo.
— Sí, el juicio de tu hijo.
— ¿Del chiquillo?
El chiquillo té els ous peluts.
— Sí, Salazar, el juicio de tu hijo.
— Pero a ver, ¿no habíamos quedado que eso estaba arreglado?
— Estas cosas no se arreglan así como así.
— ¿Pero la jueza no había dicho que lo del chiquillo eran cosas de niños y que lo podíamos dejar correr?
— No, la jueza nunca ha dicho nada de eso... aunque hubiera estado bien.
Salazar coneix el secret per desbloquejar el sistema judicial.
4 comentaris:
Només ens caldria que et fiquessis en "cosas de niños" per mantenir-nos ben interessats.
Niños, niños... venid a mí!
I el juí del pobre gitano serà amb un jurat seriós. Això, com a mínim, deu ser racisme.
Al gitano el jutjaran Camps i Costa.
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