— Hola,
soy yo, la pesada.
— No,
mujer. No digas eso... no eres tan pesada. Pero dime, ¿qué
pasa?
— Verás,
es que quiero pedirte un favor por si me muero antes de que llegue el
juicio.
Primer
silenci.
— Continúa.
— Primero, quiero saber qué pasará cuando me muera.
— Bueno, ya sabes que sobre eso hay muchas teorías...
— Me refiero a qué pasará con mis propiedades.
— Ah, bueno... pues nada, que serán para tus herederos.
— Es que mis hijos viven en el extranjero.
— Pues cuando vengan al entierro ya heredarán.
— No creo que vengan, la verdad. Además, no habrá entierro, porque voy a donar mi cuerpo a la ciencia.
Segon silenci.
— Me parece muy bien.
— Entonces, dime, ¿tú harías el favor de hablar con mis hijos cuando llegue el momento?
Tercer silenci.
— Claro, mujer. Dame sus teléfonos y sus correos electrónicos y ya me pondré en contacto con ellos cuando toque.
Ha nascut una nova categoria: els clients post-mortem.
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