Birgitte Nyborg no es de UPyD
Hace
semanas que asistimos en directo a la muerte de UPyD como partido
político. La televisión, a golpe de rueda de prensa, nos ofrece la
agonía de una formación que alarga innecesariamente el dolor y cuya
desaparición definitiva se producirá en pocas semanas.
El último episodio lo vivimos ayer en Valencia, con Toni Cantó saltando de un barco que se hunde y en el cual ya solo quedan cuatro suicidas que han decidido dormir el sueño de justos en el lecho marino más abisal.
Tras
los pésimos resultados de las elecciones en Andalucía, Rosa Díez
llegó a hacer la siguiente reflexión para justificar las
cuestionables formas de la dirección: “Creamos un partido para
Dinamarca, pero en España” y a servidor le vino a la cabeza
inmediatamente la serie danesa Borgen, que narra cómo
Birgitte Nyborg, del Partido Moderado, llega al gobierno de
Dinamarca.
Si
en general las comparaciones son odiosas esta lo es mucho más porque
Nyborg, como Díez, es la líder de un partido pequeño, pero aquí
acaban las coincidencias entre una cosa y la otra.
Borgen
es una serie que toda persona interesada en la política debe ver.
Díez, en cambio, es una política de la que se debe huir. Nyborg
preside un partido con ideas, posicionada ideológicamente, de fuerte
carácter europeo y con una clara vocación integradora; UPyD, en
cambio, ha jugado a la ambigüedad ideológica, ha realizado más
purgas internas que los comunistas y la dirección ha manejado el
partido como un cortijo regentado por señoritos vestidos de magenta.
Los
que hemos visto Borgen hemos disfrutado durante sus tres
temporadas de los recovecos de la política, pero son muchos los
mártires torturados que deja UPyD en toda España.
Rosa,
no te engañes: UPyD es lo más español que hay.
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publicat a Levante-EMV, el 8 d'abril de 2015
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