—
He llogat un pis a
uns estudiants i necessite que em faces el contracte. Vull que poses
que no podran fumar i que només podran beure alcohol de forma
moderada.
—
Per curiositat,
què entens per “beure de forma moderada”?
—
Només vi i
cervesa.
—
Bé, la qüestió
és que no puc fer això, perquè seria com incloure una clàusula
que els prohibira portar xiques al pis.
—
Això m'és igual.
Per mi com si volen portar xics... però que no fumen.
* * *
—
Ahora mismo estoy
en un punto en el que el resultado del juicio me da igual. Lo único
que te pido es que le hagas la vida imposible a mi ex.
—
Lo siento, pero no
estudié Derecho para hacerle la vida imposible a la gente. Para eso
contratas a un rumano y que le rompa las piernas.
* * *
—
¿Te insultó?
—
Ufff... En un
momento me puso de puta p'arriba.
—
¿Puedes
concretar?
Intervé la
jutgessa:
—
Creo que ha
quedado claro, letrado.
—
Sí, señoría.
* * *
—
¿Te han dicho
algo del acordeón?
—
¿Qué acordeón?
—
Yo tenía un
acordeón, pero lo vendí porque nos hacía falta el dinero. Ahora me
gustaría recuperarlo.
—
¿Y qué tiene que
ver eso con el divorcio?
—
Pues no sé, pero
tú le dices a su abogada que quiero que me compre uno.
—
Vale. Yo se lo
digo.
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