dimecres, 13 de febrer del 2013

Amor de mare




Són les 20.30 hores. Sona el telèfon i veig el nom d'una clienta molt pesada a la pantalla del mòbil. Renegue, despenge i compte fins a tres abans de contestar:

Qui és?

Òbric parèntesi. Generalment no sóc tan dramàtic. Tanque parèntesi.

Soy yo, y ya no puedo más. Ya estoy harta. Har-ta.

Durant un segon baralle la possibilitat de penjar el telèfon. O de destruir-lo.

¿Estás ahí?
Sí, dime. ¿Qué ha pasado ahora?
Pues lo de siempre, que este hombre pasa de todo y sigue sin pasarme la pensión del niño.
Toda la pensión corregisc.
¿Cómo?
Que no te pasa toda la pensión que debería pasarte, pero una parte sí.
Bueno, pues eso.
Mira, mi trabajo está hecho. Ahora es cosa del juzgado, que va lento...
Ya, pero es que yo tengo muchos problemas, porque, por ejemplo, mi hijo no bebe leche; bebe Puleva. Y cada brick me cuesta uno-cuarenta-y-nueve.
¿Qué?
Y no toma petitsuisse de Mercadona, él los quiere de marca. Mi hijo tiene cinco años y, claro, ya pide cosas. Y sí, a lo mejor es culpa mía porque como es hijo único se lo consiento todo.
¿Qué?
Mira, he pensado una cosa: ¿tú me puedes pedir una audiencia o algo (sic) con el juez para que yo le explique mi situación?
Sí, claro... Quiero decir: no. Los jueces no reciben en audiencia así como así.

I és una llàstima, perquè m'agradaria vore la cara del jutge en escoltar el problema del petitsuisse.

3 comentaris:

Anònim ha dit...

no se com serà el pare, però vols dir que van fer bé donant-li la custodia a la mare...?

Anònim ha dit...

Boníssim. La realitat super a la ficció.

Busca qui t'ha pegat ha dit...

pons007: en eixe tema jo no entre...

Gràcies, Anònim :)

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